viernes, 3 de febrero de 2012

Los valores y su significado


Los Valores y su significado.
Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente por la filosofía, los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. El criterio para darle valor a algo ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdos con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos, entre otros aspectos.
Los valores surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Es precisamente el significado social que se atribuyen a los valores uno de los factores que influyen para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente referidos a costumbres culturales o principios religiosos, y los valores modernos, compartidos por las personas en la actualidad.

¿Cómo valora el ser humano?
El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir una cosa en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones se expresa mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónomas del ser humano.

¿Cómo se clasifican los valores? ¿Cuáles tipos de valores existen?
No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores, las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las valoraciones del contexto. Lo importante a resaltar es que la mayoría de las clasificaciones propuestas incluye la categoría de valores éticas y morales. La jerarquía según M. Scheler incluye: a) valores de lo agradable y desagradable, b) valores vitales,            c) valores espirituales, valores de conocimiento puro de la verdad, d) valores religiosos. R. S. Arman, formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales); y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común.). Entre otra clase de valores encontrados.

El valor de la familia.
Descubrir la raíz que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, es unas metas alcanzables y necesarias para lograr un modo de vida más humano, que posteriormente se trasmitirá naturalmente a la sociedad entera.
El valor de la familia va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de los miembros asume con responsabilidad y alegrías el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de los demás.
Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de trasmitirlos y enseñarlos.
Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo a la hora de vivir en esa pequeña comunidad. Puesto ¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás? Cuando en una familia impera el egoísmo. No se puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo con los demás, cuando los mismos padres no le dan testimonio de esto.
Es importante recalcar que los valores se viven en casa y se trasmiten a los demás como forma natural de vida, es decir, dando ejemplo como de ha dicho anteriormente. Para esto es fundamental la acción de los padres, pero los pequeños y jóvenes con ese sentido común tan característico pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos detalles.
Por otra parte, muchas son las familias que han encontrado en la religión y en las practicas de piedad, una guía y soporte para elevar su calidad de vida, ahí se forma la conciencia para vivir los valores humanos de cara a Dios y en servicio de los semejantes. Por lo tanto, en la fe se encuentra un motivo más elevado para formar, cuidar, y proteger a la familia.
Pensemos que todo nuestro alrededor cambiaría y las relaciones serían más cordiales si los seres humanos nos preocupáramos por cultivar los valores en la familia. Cada miembro, según su edad y circunstancias personales seria un verdadero ejemplo, un líder, capaz de comprender y enseñar a los demás la importancia y la trascendencia que tiene para sus vidas la vivencia de los valores, los buenos hábitos, virtudes y costumbres.
Toda familia unida es feliz sin importar la posición económica, los valores no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar. No existe la familia perfecta, pero sí aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo.
Yubilet Villa

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